miércoles, 24 de enero de 2018

La batalla constante

Después de permitir la salida de  los israelitas, el Faraón inmediatamente lamentó haberlos dejado ir, y en consecuencia, reunió a todo su ejército para perseguirlos. 

Cuando estaban en los talones de los israelitas, estos entraron en pánico y se quejaron amargamente con Moshé, diciendo que "habría sido mejor para nosotros servir en Egipto que morir en el desierto". 

Sin embargo, Moshe les aseguró que Hashem los salvaría de nuevo. La columna de la nube se movió hacia atrás, creando un velo de oscuridad que obstaculizó el avance egipcio. 

Por mandato de Hashem, Moshé extendió su mano sobre el Mar Rojo y un fuerte viento del este sopló y dividió las aguas, permitiendo a los israelitas cruzar....

Los israelitas continuaron su viaje, llegando a las aguas de Marah ("amargura"), llamado así debido a sus aguas amargas. La gente se puso sedienta y murmuró contra Moshé, a quien se le mostró un árbol que cuando arrojó a las aguas las hizo dulces. Los israelitas se refrescaron y continuaron.

Un mes después de salir de Egipto, los israelitas entraron al desierto de Sinaí. Pronto su falta de comida hizo que desearan morir en medio de los "lujos" en Egipto. Hashem dio a conocer que haría que el pan lloviera del cielo y que probaría si los judíos obedecían su ley.

Posteriormente los israelitas tuvieron que batallar contra Amalek, quien como sabemos es un código para denominar La Duda.

Como podremos observar, la batalla constante es contra la duda, la queja, la murmuración por desconfianza, el preferir quedarse en la situación de ego que ser verdaderamente libres.

¿A qué te suena Comunidad? ¿Te suena familiar la conducta de, de murmurar de otros, de dudar, de preferir permanecer en tu situación de caos con tal de no transformarte?

Todos hemos estado ahí, esta es una buena semana para no ser tan similares a los israelitas en estos pasajes de su escapada de Egipto. ¿Qué opinas? 

Esa es la batalla constante.

Prana Raquel Pascual

Texto basado en http://www.anshe.org/parsha/beshallach.htm

Imagen http://www.vanguardia.com/entretenimiento/espiritualidad/342038-mas-alla-de-la-duda-asuma-el-riesgo-de-cambiar



martes, 23 de enero de 2018

Sin falta y sin exceso.

Esta semana de Beshalach, tiene una peculiaridad, hay una sección que discute acerca del Maná.

Cuando los israelitas salieron al desierto y no tenían alimentos, el Creador les dio el Pan del Cielo llamado así, Maná.

El maná es un pan venido de Atika, un nivel Keter de Keter –el Antiguo”, un lugar más allá de las limitaciones de la fisicalidad, dejan de existir por eso el Maná contenía todos los sabores que quisieras y estaba listo para el día y para dar la plenitud en momento que la persona necesitara, lo que fuera suficiente para satisfacer sin falta y sin exceso.

Para conectar con esta consciencia, debemos empujar nuestra consciencia a ese nivel de Atika, de “no limitación”, que la limitación del deseo de recibir para sí mismos no nos domine.

Estar en ese lugar más allá de la fragmentación y la pequeñez, ser capaces de compartir más allá del egoísmo, hacer lo que pensamos que no éramos capaces, con esto abrimos nuestra vasija para recibir esta prosperidad y sustento.

Vivir de acuerdo al sistema de las tres columnas deseo de dar, deseo de recibir, deseo de recibir para compartir balanceado, esto nos conecta con esto que me suena justo: Sin falta y sin Exceso.


¿Qué puedes hacer hoy para conectar con este nivel de plenitud? Esa es la clave de la prosperidad verdadera.

Feliz día Comunidad

Prana Raquel Pascual

Basado en grabación de El Centro de Kabbalah para Sustento

Imagen : https://wikivisually.com/wiki/Ancient_of_Days