sábado, 30 de diciembre de 2017

La segunda certeza.

En la porción de Vayejí, cuando Yaakov se prepara para dejar este mundo, le da a cada uno de sus hijos una bendición y una profecía. Mientras hablaba, recibió una profecía sobre uno de sus hijos, Dan; Rashí y lo kabbalistas dicen que la profecía es sobre Shimshón (Sansón), una gran alma que vino a este mundo mucho después de que Yaakov lo dejara. La visión que Yaakov tuvo fue que Shimshón sería quien al final daría fin al dolor, el sufrimiento y la muerte en este mundo, quien sería el canal para el Final de la Corrección. Pero la profecía continuó, y Yaakov vio que algo malo le ocurriría a Shimshón, que le arrancarían los ojos y moriría. Luego dice: Leyeshuasjá Kivisí HaShem, “Espero, deseo, el despertar de la Redención del Creador”.

Es importante entender exactamente qué ocurrió aquí. Yaakov tuvo visiones sobre cada uno de sus hijos. Mientras iniciaba a recibir la profecía de la tribu de Dan, comenzó a ver el futuro y se emocionó al ver que existiría esta gran alma, Shimshón, quien pondría fin al dolor, el sufrimiento y la muerte en este mundo. Pero luego la visión continuó y Yaakov dijo que en ese momento podía ver que estaba equivocado; no sólo Shimshón no sería el alma que provocaría el Final de la Corrección, sino que también tendría una horrible muerte. Y luego, justo después de eso, las siguientes tres palabras son: Leshuatjá Kiviti HaShem ; le dice al Creador: “Estoy esperando el Final de la Corrección, la Redención Final”.

Esta visión de Yaakov nos enseña un secreto muy importante. El Zóhar dice, y los kabbalistas enseñan, que ninguna Luz puede ser revelada en este mundo sin un despertar de deseo y luego la espera de la revelación de esa Luz. 

Los kabbalistas enseñan que la revelación completa de cualquier ayuda verdadera de la Luz del Creador siempre crea una onda. 

Hay una certeza, el despertar de la vasija que creemos que se manifestará en nuestra ayuda, y luego desaparece. Entonces, si en el fondo logramos mantener la certeza, la segunda vez, la Luz se manifestará. La Luz, las grandes bendiciones, nunca se manifestarán ni en la vida de ningún individuo ni en el proceso colectivo de este mundo sin una onda, es decir, un despertar de certeza, una pérdida de la base de esa certeza y luego un nuevo despertar de esa certeza.


Todos sabemos, por supuesto, sobre la importancia de la certeza y decimos cada día en nuestras conexiones que esperamos que la Luz del Creador nos ayude y se manifieste tanto en nuestros desafíos individuales como en los globales. Pero lo que tenemos que aprender sobre esta visión y profecía de Yaakov es que la manifestación y la ayuda de la Luz nunca pasarán por una sola certeza. Ningún regalo ni gran ayuda, y ciertamente tampoco la completa revelación de la Luz del Creador en este mundo, serán provocados por sólo una certeza. Habrá certeza, se perderá y, luego, cuando tengamos certeza nuevamente, será revelada la Redención Final.

De esto aprendemos que lo más probable es que, si es importante, no alcanzaremos la manifestación de la Luz por la que hemos despertado certeza con la primera certeza. Perderemos esa certeza y luego tendremos que recordar presionarnos a subir la montaña y despertar certeza nuevamente. Luego, Leshuatjá Kiviti HaShem, podemos despertar verdadero deseo, verdadera certeza y manifestar gran Luz en nuestra vida y en este mundo.

Leo esto y me quedo reflexionando de las muchas veces que queremos una manifestación casi mágica y que cundo no vemos, dudamos y perdemos nuestra confianza.

Eso no es certeza, eso es mero deseo de recibir para nosotros mismos a conveniencia. ¿Puedes mantener la certeza aún cuando las cosas no pasan e tus tiempos sino en los que realmente está el escenario listo y TÚ, estás listo?

Lo que yo sé es que la certeza no es un evento de una sola ocasión sino una corriente estable y durable en el Orden, lo que no podemos es dejar de jugar nuestra parte en el juego de la Creación, ser pro-activos y confiables en nuestra propia corrección.

Una golondrina no hace el verano. ¿Cuantas veces tendremos que pasar una misma prueba para pasarla? Creo que suficientes como para que sigamos deseando pero ya no estemos personalmente asustados de si pasa o no la situación. Es un balance que es muy difícil de conseguir desear pero ya no estar angustiado de si pasa o no pasa y nosotros hacer lo correcto una y otra vez porque estamos convencidos de que así es como es nuestro tikún.

Personalmente me alegra saber que no se espera de mi perfección sino trabajo permanente, eso lo puedo hacer, lo puedo lograr. Y así será. Espero que ese también sea tu caso :-)

Shabbat Shalom

Prana Raquel Pascual
Basado en http://www.michaelberg.net/es/articles/la-importancia-de-presionarnos-avanzar-hacia-el-segundo-nivel-de-certeza







viernes, 29 de diciembre de 2017

Vivir es un nivel de consciencia


Cuando Jacob murió los ojos de Israel fueron cerrados.

Explica Rabi Yehuda que entonces los israelitas descendieron al exilio y los egipcios los esclavizaron. 

Tenemos que saber que es en el exilio donde se hace el trabajo espiritual.

Durante el periodo en que Yosef reinó y Jacob vivió en Egipto, los israelitas se multiplicaron y vivían con lujo como reyes. 

Jacob vivió en el lujo y el placer la abundancia que encontraron en Egipto, lleno de cosas positivas. Aquí nos hablan los maestros de que hay una asociación entre vivir y estar completo y pleno. El que no está completo y pleno, no está vivo. 

Estar vivo es un nivel de consciencia donde la persona está plena constantemente.

Jacob vivió 147 años en total, 130 de ellos fueron de trabajo muy arduo, con muchos retos, 17 fueron de esta plenitud.

Vayechi, el nombre de esta porción, quiere decir "Y vivió", siendo 17 gematría de la palabra Tov, que quiere decir "Bueno". Durante los otros 130 años lo que Jacob hizo fue su Tikún, su corrección.

Sabemos también por lo que nos explican nuestros maestros que Jacob era la reencarnación de Adán, quien se separo 130 años de Eva e hizo muchas desconexiones a partir de su conducta sexual con otras personas que no eran Eva y tuvo varios hijos, de esos hijos, venimos nosotros.

Jacob entendió que tenía que corregir esos 130 años para después poder bendecir a sus hijos. Eso nos da la vacuna de nuestro tikún, pero antes tenia que corregirse a si mismo: los años de corrupción de Adán.

Si yo te preguntara a ti ...¿Tu estás vivo de acuerdo a esta definición?

Si no ¿Qué te falta por corregir?

Es un trabajo interesante si lo entiendes tan claramente como lo entendió Jacob. ¿Cómo te explicarías tu propio proceso?

Un abrazo Comunidad, a trabajar

Prana Raquel Pascual

Basado en clase de El Centro de Kabbalah CDMX
Imagen https://www.pinterest.es/pin/19844054591922684/