viernes, 20 de enero de 2017

“Del mismo modo que tú estás conmigo, yo estoy contigo”.


Esta es una revelación que hizo el kabbalista Maimonides, El Rambam:

¿Cuántos de nosotros durante nuestro día, o quizá durante nuestras conexiones espirituales, estamos pensando conscientemente en la Luz del Creador y conscientemente adhiriendo nuestra mente a la Luz del Creador? Debería ser al menos mientras hacemos nuestra conexión, mientras oramos y mientras leemos el Zóhar, pero ¿cuántos de nosotros adherimos conscientemente nuestra conciencia a la Luz del Creador? En realidad, es así de fácil y así de poderoso.

Aún no hemos llegado a eso, y no se espera que lo logremos todavía, pero, tal y como Maimónides dice: un individuo que llega al estado en el que adhiere su mente a la Luz del Creador 24 horas al día, lo cual significa simplemente que piensa en la Luz del Creador que está presente (ya sea que esté trabajando, orando, estudiando o comiendo), y cuya mente está constantemente adherida al Creador, siempre estará protegido y tendrá la Luz y bendiciones que vienen de la conexión con la Luz del Creador. 

Debido a eso, continúa Maimónides: “Me ha sido revelado que si una persona ha pasado por oscuridad o dolor, incluso los profetas y las más grandes almas que han existido, dicha oscuridad y dolor sólo se presentaron en el momento en el que su conciencia estaba separada de la Luz del Creador”.

Así pues, digamos que alguien toma diez minutos o una hora para adherir su mente y conciencia a la Luz del Creador en la mañana. Luego va a trabajar y, desafortunadamente, aunque no debería ser así, durante las siguientes diez horas su mente está completamente desprendida. Su mente sólo está en el trabajo, ni siquiera piensa en la Luz del Creador que lo rodea, la Luz del Creador que lo bendice, la Luz del Creador que está con él. De ese modo, tiene diez horas de separación total de su mente y conciencia de la Luz del Creador. Y la cantidad de tiempo de separación, según Maimónides, es la cantidad de tiempo en la que hay una apertura para que la negatividad entre.


Dice que el tiempo que la negatividad llega a un individuo depende del tiempo de separación entre su conciencia y la Luz del Creador, además agrega que la cantidad de oscuridad y dolor depende del tamaño de la apertura que la persona permitió para que entrara la oscuridad. Por lo tanto, el tamaño de la apertura para la oscuridad será conforme a la duración del tiempo de separación. Pero, de nuevo, si un individuo logra luchar contra eso y constantemente conecta su mente con la Luz del Creador, esa persona, dice Maimónides, nunca tendrá dolor ni oscuridad. 

Y esto no es exclusivo de las almas elevadas; cualquier persona, continúa él, que sea capaz de mantener menos distancia entre los momentos de conexión consciente limita la cantidad de oscuridad que puede entrar en su vida. Según él, este también es el secreto de las palabras, Ehyé asher ehyé: “Del mismo modo que tú estás conmigo, yo estoy contigo”.


Michael Berg
Centro de Kabbalah Internacional
http://www.michaelberg.net/es/articles/reconectar-nuestra-conciencia-con-la-luz-del-creador

jueves, 19 de enero de 2017

Para poder recibir ayuda

En esta porción, vemos parte de la vida de Moisés incluso aún siendo parte de la familia real e Egipto.

Sabemos que cuando el faraón empezó a temer a los israelitas, decidió que la mejor manera de erradicarlos, era matar a los bebés que nacieran tirándolos al Nilo.

Sabemos que Moisés fue tirado en una canasta que flotaba y de ahí llegó a las manos de la hija del Faraón, Batya, quien al cercarse al bebé que flotaba en las aguas, se vio súbitamente curada de la lepra y decidió entonces quedárselo. 

Habiendo sido educado dentro del Palacio como hijo de la princesa, el creció en ese mundo, sin embargo algo de él quería salir a ver que pasaba afuera, con la gente común.

Hay un momento en una de esas salidas en que encontró a un egipcio golpeando a un israelita. Se dice que en esa ocasión Moisés por defender al israelita, mató al egipcio y después viendo esto, asustado huyó del lugar, sin embargo en otro día salió y vio a dos israelitas pelear entre si y les preguntó porque peleaban. Uno de ellos se volteó y le dijo ¿Quien eres tu para juzgarnos...acaso me vas a matar como mataste al egipcio?"

En ese momento Moisés entendió algo importante, ellos no querían ayuda, no la podían recibir...

Yo quiero decirte algo así Comunidad, para recibir ayuda tienes que desearla, tienes que tener vasija para que alguien te ayude, para que puedas tener protección o adoptar nuevas ideas que sean los que cambien el rumbo de la situación.

Esto aplica por supuesto en el nivel de tu caos personal, pero también del caos como comunidad, como país, como humanidad.

Si de inmediato te cierras a la ayuda, si en vez de ver el bien potencial, piensas que nada se pueda hacer, que estamos perdidos, que nada vale la pena...Tu eres tu peor Faraón.

Recordemos que los israelitas eran esclavos en Egipto, sin ninguna reja, sin ninguna pared o muro que los detuviera de irse. por eso Moisés decidió salirse de ahí y pudo hacerlo. 

¿Qué te dice esta historia de tu propia manera de salir de los problemas?

Tu manera de interpretar las situaciones puede ser tu gran trampa o tu gran libertad.

Feliz día

Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt | Coach

Basado en clases de Shemot, Centtro de Kabbalah Mexico
Imagen encontrada en: https://www.lds.org/manual/old-testament-stories/chapter-16-the-prophet-moses?lang=spa