Del atardecer del 28 de marzo al atardecer del 29 de marzo
Bajo la influencia de Sagitario, podemos mantener el sistema de creencias de que nuestro valor se deriva de nuestra búsqueda constante de libertad y justicia. No es sorprendente que el lema de Sagitario sea "Yo busco, y luego existo". Cuando operamos bajo este sistema de creencias, fácilmente podemos ser víctimas de la más pequeña de las injusticias, culpando a otros o al Creador de lo que consideramos una situación "injusta", sin ser capaces de ver dentro de nosotros mismos y ver lo que debemos cambiar.
Hoy, tenemos la oportunidad de sacar de raíz este sistema de creencias y así cambiar lo que experimentamos. Hacer esto nos permite ir de vuelta a la unificación con la Fuente, entendiendo que la libertad perfecta viene de nuestra conexión con la Luz del Creador, y nuestra habilidad de ver dentro de nosotros mismos qué es lo que debemos cambiar.
Antes de comenzar el proceso de limpieza, tómate un momento para reconocer si esto está en tu vida y cómo, y recuerda que puedes cambiar lo que aceptas:
1. Reconoce que eres 100% responsable de todo lo que ocurre en tu vida.
2. Pídele al Creador que te ayude en este proceso.
3. Medita en las letras VavHeiVav (Ver al final de la página) para sacar de raíz la creencia de que tu valor se deriva de la búsqueda constante de libertad y justicia en la vida.
4. Medita en las letras HeiHeiAyin (Ver al final de la página) de amor incondicional. Imbúyete con el amor que fluye del Creador a través de todo el universo.
5. Agradécele al Creador por permitirte realizar este proceso.
Puedes repetir este ejercicio cuantas veces quieras o necesites durante el día, especialmente si te encuentras en una situación en la que estás reaccionando como un Sagitario.
Karen Berg
_____________
En la porción de Tzav, la que acabamos de leer, escuché algo que Ruthie nos compartía: Los sacerdotes tenían que mantener el fuego constantemente encendido para hacer la quema de los sacrificios.
Dijo algo que me pareció realmente interesante, dijo
"¿A qué se refiere con mantener el fuego encendido constantemente?"
Y preguntó algo que ahora yo te pregunto a ti...
"¿Qué fuego en tu vida no puedes permitirte que se apague? ¿Qué flama debes mantener encendida siempre, cada día y a cada hora de tu vida?"
¿El amor en una relación? ¿Tu pasión por la vocación que tienes? ¿Tu deseo de ayudar al prójimo?
Muchas de esas son flamas de que debemos mantener encendidas, pero en concreto la flama del DESEO por la Luz no podemos dejar que se extinga.
¿Conoces gente que cae en depresión y pareciera que no pueden ni meter las manos en ese momento para defender su flama? ¿Has visto que difícil es ayudarles a pesar de que tengas la mejor de las intenciones?
Eso es una flama que está apagándose (ni Di.os lo quiera). Hay que saber pedir ayuda y recibirla....siempre mantener la claridad de que mañana de verdad otro día y una oportunidad reluciente...
La Luz no deja de compartir jamás, pero nosotros al dejar que se apague el deseo no tenemos como recibir, las opciones a solución las negamos...por eso no hay que dejarnos JAMÁS a estados de tal desaliento, porque nuestra única posibilidad es dar opción a la Luz a que entre y nos ilumine de otras maneras que nosotros ni siquiera imaginabamos.
Pero bueno, ese es un caso extremo, sin embargo, cuando dejas que se disminuya tu flama, de pronto la persona que era "el amor de tu vida", deja de parecer tan atractiva, el trabajo que tanto te gustaba parece un lugar decrépito etc. La única manera de seguir con bendición es reconocerla. Como dicen en las Constelaciones familiares: VER RECONOCER AGRADECER Y HONRAR
No quiere decir que debes permanecer en un solo lugar para siempre, pero el deseo si debe permanecer para siempre encendido. Creeme que cuando algo deja de ser para ti se retirará o deberás dejarlo ir, pero dejar de ir algo NUNCA quiere dejar ir el deseo. Nunca.
Sigamos trabajando Comunidad.
Espero que te quede claro que estar vivo es una oportunidad y que el deseo es la clave para los milagros y maravillas que podemos experimentar en este viaje.
Prana Raquel Pascual
