martes, 1 de marzo de 2011

Martes 1 de Marzo, 2011. Lo simple es fuerte


MARTES, 1 DE MARZO DE 2011

Se requiere de mucha fuerza para poder ser simple.

Fortalécete el día de hoy, toma las rutas poco complicadas.

Yehuda Berg
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Hay un libro llamado "Di os usa lápiz labial", , escrito por la kabbalista Karen Berg, madre de Yehuda y esposa de el querido Rav Berg.
 
La historia de amor entre ellos es asombrosa porque a simple vista podían parecer perfiles totalmente disímbolos, el --siendo cuando se conocieron-- un Rabbí ortodoxo, educado de la forma más conservadora, vestido de negro y gran sombrero y ella una joven divorciada con conocimientos de astrología, de moto y minifalda.
 
Cuenta ella misma que ella ya había trabajado en una oficina de él (que se dedicaba a Bienes Raíces en aquel entonces)  y después se había ido para casarse.
 
Un día que ya estando divorciada buscó de nuevo empleo, llamó a la oficina del Rav Berg y se enteró que el se había ido a Israel pero justo venía regresando cuando ella llamó por teléfono, con lo que se pudo enterar, que él había empezado a estudiar Kabbalah.
 
Cuando se reunieron para hablar de emplearla nuevamente, ella le pidió --si volvía a trabajar con él--, que si le podía enseñar esa sabiduría a lo que el accedió. Después de esa reunión, ambos tuvieron todo claro, que estaban hechos el uno para el otro.
 
Aunque en apariencia no.
 
Nadie se lo hubiera podido imaginar, pero ella misma cuenta:
 
"Una semana más tarde nos encontramos de nuevo, esta vez para desayunar en el restaurante Ratner, en el lado este de Nueva York. Pero el Rav no parecía feliz en esta ocasión. de hecho, estaba verdaderamente abatido. Esta vez en vez de hablar de sí mismo, preguntó ¿Cómo has estado?
 
"Bien" Le respondí, "pero debo decirte que tuve un sueño muy raro anoche".
 
Asintió como diciendo "Continúa".
 
" Un hombre que no conozco se me apareció en sueños", comencé. "Y cuando lo miré, puso sus manos sobre mi cabeza y me dijo algo en una lengua que me sonó como hebreo, pero que no comprendí. Luego dió media vuelta para irse. Intenté asir su abrigo y le pregunté que estaba diciendo, pero el simplemente se fue." Le expliqué que eso era de lo más extraño porque el pertenecer a una cuarta generación de una familia judío-americana integrada, nunca había recibido educación judía ni había estudiado hebreo."
 
Pero en vez de sentirse molesto por mi extraño sueño, el Rav se animó "Describe al hombre", me dijo mientras enrojecía de entusiasmo. Afortunadamente podía describirle hasta el mínimo detalle, ya que la imagen había sido muy vívida. "Llevaba un abrigo largo y sujetaba un bastón", expliqué, "y también llevaba puesto un sombrero de piel en la cabeza".
 
El Rav se puso eufórico, "Ayer antes de ir a dormir", dijo, "le pedí a mi Maestro que se me apareciera y me hiciera saber si era correcto enseñarte. pero el no apareció, por lo que esta mañana he llegado aquí apesadumbrado. Pensaba que tendría que decirte que nuestro trato había finalizado. Pero el hombre que me has descrito era mi Maestro. se te ha aparecido a ti en vez de a mi. Y, lo que es aún más importante. Te ha dado su bendición".
 
"Ese fue el comienzo de nuestro camino juntos."
 
Siendo los dos de entornos tan diferentes, fisonomías tan polares, a ambos les fue simple de ver porque estaban abiertos a escuchar.
 
Lo que es, es. Y así inició la pareja que se dió a la tarea de abrir la Kabbalah al mundo entero. =)
 
La verdad es simple. Lo es. Si estamos abiertos a ver y escuchar. Con la fortaleza para ser simples.
 
Ojalá todos podamos estar abiertos. Así, sin complicación. Más allá del prejuicio.
 
Besos
Prana Pascual
 
Texto: Di os usa lápiz labial. Karen Berg Kabbalah Publishing.

domingo, 27 de febrero de 2011

DOMINGO, 27 DE FEBRERO DE 2011. El arma del futuro.


DOMINGO, 27 DE FEBRERO DE 2011

La gente lastimada lastima a otros. Es así como los patrones del dolor se transmiten, generación tras generación.

Rompe la cadena el día de hoy. Enfrenta la ira con solidaridad, el desprecio con compasión, la crueldad con amabilidad. Recibe las malas caras con una sonrisa. Perdona y olvídate de encontrar un culpable.

El amor es el arma del futuro.

Yehuda Berg
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Sé que muchos de nosotros, si no es que todos, tenemos historias de dolor. De MUCHO dolor en algunos casos. 

He recibido correos de varios de ustedes contándome historias familiares, vivencias que piensan insuperables o que no pueden creer que tengan algún buen sentido...

Todos hemos sido lastimados y hemos lastimado a otros por ello, incluso a nosotros mismos.

Creemos que no merecemos la Luz, que somos culpables cuando nos sentimos libres y felices

¿Cómo serlo si gente tan cercana a nosotros aún está en la oscuridad...?¿Porqué yo puedo ver la Luz? ¿No debiera zambullirme también en la pena o el pesimismo? ¿No debiera identificarme con ellos a través del dolor? No.

No sé porqué pasa que a alguno le toque más cerca de la frescura del aire de la ventana. No lo sé y no me explico...pero esto me hizo recordar el cuento de los dos enfermos en el hospital...

Dos hombres, ambos enfermos de gravedad, compartían el mismo cuarto semiprivado del hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse durante una hora en la tarde, para drenar el líquido de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación.


El otro tenia que permanecer acostado, de espaldas todo el tiempo. Conversaban incesantemente todo el día, y día tras día hablaban de sus esposas y familias, sus hogares, empleos, las experiencias vividas durante sus servicios militares y los sitios visitados durante sus vacaciones.


Todas las tardes, cuando el enfermo ubicado al lado de la ventana se sentaba, se pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto lo que veía por ella.


Con el tiempo, el enfermo acostado de espaldas, que no podía asomarse por la ventana, se desvivía por esos períodos de una hora, durante los cuales se deleitaba con los relatos de las actividades y colores del mundo exterior.


La ventana daba a un parque con un bello lago. Los patos y cisnes se deslizaban por el agua, mientras los niños jugaban con sus botecitos a la orilla del lago. Los enamorados se paseaban de la mano entre las flores multicolores; era un paisaje con árboles majestuosos y, en la distancia, se divisaba una bella vista de la ciudad.
A medida que el enfermo cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, su compañero cerraba los ojos e imaginaba un cuadro pintoresco.


Una tarde le describió un desfile que pasaba por el hospital, y aunque no pudo escuchar la banda, lo pudo ver a través del ojo de la mente mientras su compañero se lo describía.


Pasaron los días y las semanas; y una mañana, al entrar la enfermera para el aseo matutino, se encontró con el cuerpo sin vida del señor que ocupaba la cama cerca de la ventana, quien había expirado tranquilamente, durante el sueño.


Con mucha tristeza, avisó para que trasladaran el cuerpo. Al día siguiente, el otro señor pidió que lo trasladaran cerca de la ventana. A la enfermera le agradó hacer el cambio, y luego de asegurarse de que estaba cómodo, lo dejó solo.

El señor, con mucho esfuerzo y dolor, se apoyó en un codo para poder mirar el mundo exterior por primera vez. ¡Finalmente tendría la alegría de verlo por si mismo! Se esforzó para asomarse por la ventana... y lo que vio fue la pared del edificio contiguo.

Confundido y entristecido, le preguntó a la enfermera qué sería lo que animó a su difunto compañero describir tantas cosas maravillosas fuera de la ventana...


La enfermera le respondió que el señor era ciego y no podía ni ver la pared de enfrente. Ella le dijo ..."Quizás solamente deseaba animarlo a usted"...

Nadie puede envanecerse de estar en esa posición, no sabemos por qué mérito o por que obra de amor entre las almas se tiene cedido el puesto junto a la ventana.

Parar el juicio, parar el auto-boicot...enciende el amor y la apreciación.

Dedicado para E. y para aquellas personas que por algún motivo, están cerca de la ventana.

Prana Pascual

La redacción del cuento no es mia, la encontré en el blog que comparto ahora: http://www.dalequedale.com/index.php/dos_hombres_ambos_enfermos_de_gravedad?blog=5  La historia es vox populi, nunca he sabido su autoría.

Imagen http://www.artenews.com.ar/oct_dic_07/grandes%20maestros.htm Georges Seurat