miércoles, 2 de junio de 2010

Junio 2, 2010. Ve y aprende


MIÉRCOLES, 2 DE JUNIO DE 2010


En una oportunidad, un estudiante se le acercó a un sabio muy instruido en cuanto a las doctrinas espirituales y artes místicas. Le pidió al maestro que le enseñara todos los secretos sublimes de la vida, que le explicara todos los magníficos misterios del cosmos que se encuentran ocultos en los libros sagrados.


Y le preguntó si todo eso podía hacerse en el tiempo que una persona puede permanecer parada en un solo pie. El gran sabio consideró cuidadosamente su pedido. Sonrió cálidamente y le respondió: "Ama a tu prójimo como a ti mismo. El resto es comentario. Ahora ve y aprende".


Ve y aprende el día de hoy.


Yehuda Berg

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Esta es la máxima sobre la cual se basa la Kabbalah y alguna vez ya lo hemos comentado, este sabio se llamaba Hillel.


Hoy lo que retomaré del comentario es acerca de otra indicación que también dio un Maestro a ciertas personas, te cuento.


La porción d la Torah que estamos siguiendo esta semana se llama Shelach- Lecha en la cual Moisés mandó doce personas a ver la tierra de Israel para que vieran si era buena para que ellos entraran.


Por supuesto recordamos, toda nuestra lectura es en código así que les platico lo que es la interpretación que nos comparte el Rav Berg al respecto en la Biblia Kabbalística.


"Debemos ver las palabras de Moisés cuando mandó a los espías a ir a la tierra de Israel, Moisés les dijo, vayan y visiten la tierra (turisteen la tierra), pero "no se vuelvan parte de la tierra". Este es el secreto.


Cuando alguien es turista en una tierra, los inconvenientes o desventajas del lugar no te molestan. Por que eres un turista, sólo ves las cosas buenas y no pones atención a las malas. Estas desconectado de ellas.


Cuando Moisés mandó espías, el supuesto era que fueran desconectados de todo, que fueran como visitantes, no como habitantes, porque cuando nosotros realmente vivimos en cierto lugar, el deseo de recibir para nosotros mismos gana poder. Es entonces cuando vemos todas las cosas que pueden afectarme "a mi" y a lo "mio" .


"Para desconectarnos del deseo de recibir para nosotros mismos, debemos aprender a mirar las cosas a la distancia, que la única manera en la que vamos a llegar al juicio correcto es cuando no vemos las cosas conectadas a nosotros."


Este es un gran secreto que vale la pena que reflexionemos. Cuando empiezas a medir en alguien o en algo que ventajas tiene para ti, tu ego empieza a hacer cálculos y a generar juicios acerca de los otros o de lo observado.


Ver a las cosas, las situaciones y los lugares como quien es un turista, nos permite apreciar en realidad, sin estar revisando "que hay para mi" en la situación y por tanto te puedes mantener más objetivo y disfrutante de lo que pasa.


Es difícil amar a otra persona o a las cosas cuando estás evaluandolas desde lo personal, desde la perspectiva de que es lo que te pueden aportar.


Si para algunos es difícil decifrar como se logra amar a a alguien como a sí mismo, bueno, esta es una clave, no tomarte ni a las personas ni a las situaciones o cosas como algo que personalmente te afecte, no medirlo desde lo que me pueden dar o no. Apreciar como quien recibe un regalo, como quien pasea y aprecia cada detalle. =)


Espero algo de nuestra actitud pueda cambiar frente a nuestras vivencias. Ponlo en práctica hoy. No te tomes nada desde la perspectiva del "es personal" ni sobre de que te puede dar a ti de beneficio.


Simplemente observa como quien pasea y lo disfruta.


Feliz tour.


Prana Pascual


Texto: Biblia Kabbalística editada por Yehuda Berg, traducción matutina ppascual

martes, 1 de junio de 2010

Junio 1, 2010. Contando contigo

MARTES, 1 DE JUNIO DE 2010

Hay personas en tu vida que realmente te necesitan y que cuentan contigo para que estés ahí para ellos, sin juicio ni expectativas. Cuando estás presente para ellos, aunque ellos no estén presentes para ti de la misma manera, la Luz aparecerá para ti cuando más lo necesites.


Hoy, tira el "¿qué has hecho por mí últimamente?" por la ventana. Está allí, con el corazón abierto, sin hacer preguntas.


Yehuda Berg

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Quien sabe que me pasará que de pronto me estoy acordando de las primeras historias que escuché en el Centro de Kabbalah...=)


Pues bien, me acordé a manera de "tradición oral", de esta historia de kabbalistas que también recuerdo me conmovió mucho. Te la comparto:


Hubo una vez un hombre que viendo a su pequeño hijo enfermo y habiendo intentado todo para sanarle sin éxito, salió, tomó su corcel y fue a buscar a un kabbalista de quien sabía podía con sus rezos abrir las puertas del Cielo para los que lo necesitaban. Así tras de muchas horas de cabalgata lo encontró y le contó el caso del pequeño niño.


El kabbalista accedió de inmediato a rezar por el pequeño y así lo hizo, oró y meditó durante la madrugada --la hora en la que es mejor hacerlo-- para así lograr la desesperada solicitud del padre.


A la mañana siguiente, el hombre vio llegar al kabbalista exhausto y con gran anhelo se levantó y le preguntó "¿Lo lograste? ¿Se sanará mi hijo?"


A lo que el sabio le respondió: "He estado como ves, orando por tu hijo toda la noche...sin embargo las puertas del Cielo están cerradas..."


El padre comprendió lo que el Maestro le decía, así que tristemente, tomó su caballo, y emprendió con pesar su regreso a casa.


Llevaba ya algún rato de camino cuando de pronto escuchó una cabalgata veloz detrás de su montura ¡Cual sería su sorpresa al ver que se trataba del kabbalista quien apresuradamente le seguía!


El hombre frenó a su caballo y descendió para correr hasta el sabio y le preguntó:


"¿Ha cambiado algo?...¿Se han logrado abrir las puertas del Cielo para mi pequeño?...


El kabbalista le dijo...No, pero al menos he venido a para sentarme contigo, abrazarte y acompañarte en tus lágrimas. =..(


Uno suele esperar siempre historias milagrosas, siempre esperas que el héroe logre ganar y que haya una conclusión de final feliz.


Esta historia me gustó mucho porque a veces nos toca vivir historias de pérdidas o de tristeza, porque es parte de nuestra corrección (tikún), sin embargo, el ser capaces de acompañar o ser acompañado en esos momentos aciagos, siempre es muy elevado, no porque esperes nada a cambio ni porque te sientas que eres "bueno", sino de verdad con el deseo de tomar parte del dolor de la otra persona y ayudarle con su carga.


Hay que estar dispuestos, porque apenas eso es lo más humano que podemos hacer, porque todos tendremos unas ciertas lágrimas amargas que deberemos derramar; no hay quien pueda no beber de algún dolor en la vida, pero no hacerlo en la soledad de la indiferencia, hace una enorme diferencia en el recorrido de regreso a la paz.


Se cálido de corazón con quien los necesite. No des sermón ni trates de explicar lo que ante la pena no hace sentido, pero siente el dolor del otro y ayudale con su carga.
Un día Di-os te ayude a ti brindándote alguien que sin predicas, se siente contigo, te abrace y te acompañe cuando más lo necesites.


Prana Pascual


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