martes, 20 de octubre de 2009

Octubre 20, 2009. Un abrigo de Fe.

MARTES 20 DE OCTUBRE DE 2009

"Algunas personas utilizan su Fe como si fuese un abrigo. Sólo les da calor a ellos, pero no beneficia a otros en absoluto". —Dicho kabbalístico


Hoy, medita por alguien necesitado. Haz una acción de compartir que traiga alegría a alguien que está deprimido. Enciende, con tus palabras y acciones, un fuego que dé calor a otro ser humano.

Yehuda Berg
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Me acuerdo que cuando era niña, algo que siempre alegraba mis días eran los libros de historias y narraciones.


Por ello, hoy les voy a contar un cuento para endulzar el Alma, se llama "Tesoros Enterrados".


"Hace muchos años, en la ciudad de Cracovia, vivía un pobre sastre llamado Yaakov ben Yekel. Era pobre, por mucho que trabajaba nunca tenía suficiente dinero para dar de comer a su mujer y a sus hijos. Ya que no podía hacer otra cosa mejor, fué al templo y rogó a D-os por un milagro. Esa misma noche tuvo un sueño extraordinario. En el se vió en la lejanda ciudad de Praga, un lugar donde nunca antes había estado. Aún así en el sueño reconocía todo con gran claridad, incluso sentía la brisa del aire, mientras caminaba por las calles con una pala al hombro.


Finalmente llegó hasta una señal que había en el suelo. Empezó a cavar un agujero, y mientras lo hacía oyó una voz: "¡Yaakov ben Yekel ve a Praga, allí hay algo para ti!"


Volvió a tener el mismo sueño una y otra vez, cada vez más claro que el anterior. Finalmente llegó a la conclusión de que tenía que ir a Praga.


Tuvo que viajar varias semanas con lluvia y nieve hasta llegar allí, pero al fin llegó y se quedó perplejo con los que vio. la ciudad de Praga era exactamente igual que en el sueño. Recorrió las calles hasta llegar al mismo lugar del sueño y empezó a cavar.


De improviso sintió una mano en el hombro.


Que estás haciendo le decía alguien con voz airada. Junto a Yaacov había un guardia, el hombre más grande que había visto nunca, Yaakov estaba aterrorizado. Sin saber que decir, empezó a contarle la verdad.


Estoy cavando aqui porque soñé.


¡Ja! - rió el guardia-, ¿un sueño? ¡Si tienes pinta de soñador flaco debilucho y enfermizo! Los sueños son cosas de tontos como tú. Pues ya que mencionas los sueños te diré que ayer por la noche tuve uno, en el una voz me decía "Iván, ve a la ciudad de Cracovia y allí en la mísera casa de un sastre, un tal Yankel o Yekel, encontrarás un gran tesoro bajo la estufa". Este fue un sueño bien tonto ¡Tu me ves a mi yendo a Cracovia? ¡No! ¡Los sueños son cosas de chiflados!


Dicho esto, el guardia lo echó de la ciudad y Yaakov inició el camino de vuelta. Al llegar semanas más tarde, abrazó y besó a toda la familia y se fue directo a la estufa. La retiró y se puso a cavar. Estuvo horas cavando, pero ahí sólo encontró suciedad. Finalmente se durmió exhausto.


Mientras el dormía sus hijos jugando jugando siguieron cavando hasta encontrar un objeto que parecía una vieja sopera, se la llevaron a Yaakov y al abrirla, vió que estaba llena de monedas de oro ¡¡Se trataba de una fortuna con la que pudo salir de su pobreza!!


Yaakov pudo llevar una buena vida con su familia hasta que siendo ya muy viejo y viendo que sólo le quedaba una moneda, decidió darsela a un mendigo.


Gracias dijo el mendigo, y Yaakov, tengo que darte un consejo: "Cava más hondo".


Yaakov volvió a retirar la estufa encontró el viejo agujero y empezó a cavar de nuevo. Esta vez encontró una caja. Aunque pequeña, la abrió y vió que estaba llena de diamantes, rubíes y esmeraldas, el tesoro más grande que hubiera imaginado. Tuvo dinero suficiente incluso para construir una casita en un emplazamiento donde cruzan dos caminos.


La leyenda dice que la casita aún sigue en pie. Se trata de un lugar para que los caminantes puedan detenerse, descansar y pensar de donde vienen y a donde van. Es facilmente reconocible, pues en el muro hay un letrero con letras doradas que dice "A veces hay que seguir los sueños hasta muy lejos para ver lo más cercano a nuestro corazón".


Caminante, detente, descansa ¿Que te dijo este cuento? Cuéntaselo a alguien más con cariño. Cada uno que lo escuche con el corazón, encontrará su propio tesoro.


Con mucho cariño,

Prana Pascual


Cuento original de Polonia narrado en "El Rey Mendigo y El Secreto de la Felicidad" Joel ben Izzy


lunes, 19 de octubre de 2009

Oct 19, 2009. En realidad todos somos uno

LUNES 19 DE OCTUBRE DE 2009
Todos somos uno. Hoy en día ésa no es una gran revelación. Lo ves hasta en anuncios de zapatos. Pero la mayoría de nosotros no vive como si todos fuéramos uno.


Una manera en que podemos hacerlo es siendo vulnerables y exponiendo nuestras verdades, como lo expuse en el correo de ayer. No sólo hay alegría para todos nosotros en ello, sino que expresar nuestros sentimientos esenciales crea una apertura para que otros se pongan en contacto con los suyos.


Somos muchas uvas en la misma vid. Todos tenemos dolores y pasados y problemas personales. Entre más mostramos los nuestros, más unidad hay con aquellos a nuestro alrededor y, a la vez, con el mundo.


Hoy, continúa siendo real. Toma riesgos y dile a la gente lo que en verdad estás sintiendo. No ataques ni te desahogues. Simplemente atente a lo que viene para ti.


Yehuda Berg

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Esta semana estamos atravesando la parashá (porción ) de Noah, mejor conocido para nosotros como Noé, el del Diluvio.


Noé fue considerado un Justo para su época, aunque no lo hubiera sido si le hubiera tocado otro momento de la humanidad ya que como sabemos , el aunque supo escuchar al Creador e hizo el Arca, no rezó, no imploró por los otros. Se conformó con el decreto de destrucción.


Nosotros también tenemos que entender esto, no es que si mi pequeña parcela de mundo está bien, yo estoy bien. Este mundo es uno sólo y el día que llegan catastrofes naturales hemos visto que no es un tema del que te puedas aislar. Si la otra gente sufre, tu también.


Recuerdo cuando pasó el terremoto en la Ciudad de México en 85. Quien también se acuerde podrá saber que fue una pesadilla colectiva.


Aún cuando tengo la fortuna de decir que de mi casa, de mi gente cercana, realmente no salimos afectados ni en vida ni en bienes, si me recuerdo a mi misma, cada amanecer, queriendo volver a dormir, para ver si la realidad cambiaba al despertar. Era demasiado doloroso ver todo aquel desastre.


Me acuerdo que dormía vestida y con los documentos de identidad abrazados. No querías ni des-tender la cama para poder tener los zapatos puestos por si necesitabas salir corriendo.


Vimos muchas desgracias, muchas familias desmembradas en segundos, vimos ejemplos de gran dolor y también grandes signos de esperanza, afortunadamente. Pero la solidaridad llegó tarde. Llegó para reparar después de la destrucción, no antes.


El Mundo, nos pasa a todos juntos. Y el Mundo, tal como en aquel momento las malas acciones de los seres habían contaminado la tierra y hubieron de ser lavadas, nosotros no queremos volver a ganarnos tal efecto.


No hay manera de la corrección general si no empezamos por la corrección personal. Ese es justo el símbolo de la paloma que si volvió a traer la rama de olivo para demostrar que la tierra estaba reverdeciendo. Es la leatad de cada uno de nosotros que anuncia a los demás que algo está cambiando.


Tu acción de humildad y de balance suma para el de todos.


Somos Uno. Ni D-os quiera que volvamos a pasar por algo así.

Prana Pascual