viernes, 19 de diciembre de 2025

El perdón a través del entendimiento


Dos años después de la prisión, el Faraón sueña con siete vacas gordas devoradas por siete flacas, y siete espigas sanas consumidas por siete delgadas, simbolizando siete años de abundancia seguidos de hambruna. José interpreta los sueños como profecía divina y propone almacenar grano durante la abundancia.

Faraón nombra a José virrey de Egipto, quien administra la recolección de alimentos, se casa con Asenat y tiene dos hijos: Manasés y Efraím. Durante la hambruna, José gobierna con sabiduría, salvando a Egipto y naciones vecinas.

Los hermanos de José llegan de Canaán por comida durante la hambruna; él los reconoce, los acusa de espías y amenaza con retener a Benjamín a quien hace parecer ladrón a fin de retenerlo. Los hermanos saben lo que significaría para Jacob perder al otro hijo de Raquel...no lo pueden permitir.

Yosef reconoce como los hermanos están arrepentidos y preocupados de no volver a propinarle un dolor como el que le habían hecho sentir con la supuesta muerte de Yosef y en cuestión de segundos se revela ante ellos como su hermano Yosef y les perdona por completo.

La lección más importante en este momento es ver como después de años de que había sucedido esto, en un segundo el vuelve a permitir al canal del amor fraternal fluir y al perdón manifestarse.

Los maestros hablan de que en un solo instante el perdón se da; por mi parte, basada en la experiencia y la observación, noto que esto sucede cuando durante el proceso has llevado a cabo una introspección y has podido evaluar en su justa medida como todos los eventos de la vida se van articulando para llegar al momento en que puedas ser capaz de recibir con madurez todos los bienes que este proceso te tenía deparado. Es decir, lo miro como un ritmo en el que la vida juega sus fichas, tu juegas las tuyas y vas creciendo y haciendo el esfuerzo de comprender el para qué de lo que te acontece. Si logras desarrollar el entendimiento de Binah, entonces para cuando llegue el momento, una mínima señal de que los que te hicieron algún daño demuestren arrepentimiento, el olvido de la ofensa sucede casi en automático. Los humanos apreciamos como pocas cosas el poder romper las barreras que nos separan de los otros cuando hay sinceridad de por medio, especialmente, el ver que el otro ha logrado también revisarse a si mismo.

Este es un mensaje importante de tomar y reflexionar. El rencor existe mientras no hay entendimiento. A veces ni siquiera necesitamos que la otra persona demuestre nada, solo sabemos que nos hemos elevado y el perdón sucede simplemente como la culminación de un proceso de crecimiento interior y espiritual.

No quiero decir que sea fácil, quiero decir que es posible conforme elevas tu entendimiento y ves que todo ha sido por un bien superior.

¿Tú que sientes al respecto?

Shabbat Shalom hoy por la noche antes las primeras tres estrellas en el firmamento.


Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt


miércoles, 17 de diciembre de 2025

Oración hablada, oración silenciosa


Hace unos días, leyendo un libro acerca de mujeres en la Biblia, el autor mencionaba a Ana, y algo me llamó en particular la atención de su situación.

Ana es una figura clave en la Biblia, conocida principalmente como la madre del profeta Samuel en el Primer Libro de Samuel (capítulos 1 y 2). Era esposa de Elcaná, una levita de las montañas de Efraín, y sufría esterilidad, lo que la llenaba de angustia, especialmente por las provocaciones de Penina, la otra esposa fértil de su esposo. (Parece que el tema de ser estéril es bastante común entre las mujeres de la Biblia, quizás haciéndonos notar que este mundo necesita de mucha certeza y esfuerzo para que las semillas fructifiquen, pero que si logras traspasar y romper la klipá, un mundo nuevo se logra abrir ante ti...tan fue así que ella que no podía engendrar, acabó no solo teniendo a Samuel, sino que fue madre de tres varones más y dos niñas).

Sin embargo, además de eso me llamó la atención un detalle: la oración silenciosa.

En un viaje al santuario de Siló, Ana oró en silencio con intensa devoción ante el Señor, prometiendo que si le concedía un hijo varón, lo dedicaría de por vida al servicio divino. El sacerdote Elí inicialmente la confundió con ebria, pero al aclarar su dolor, la bendijo, y Dios respondió otorgándole a Samuel, cuyo nombre significa "pedido a Di.os" o "oído por Di.os".

¿Qué nos explican los maestros con respecto a la oración hablada y la oración silenciosa?

Las oraciones habladas (tefilá vocal) y las silenciosas (como la Amidá) difieren en su enfoque y ejecución, aunque ambas buscan la unión del alma con lo Divino.

Las primeras usan palabras pronunciadas para estructurar el "cuerpo" de la plegaria, preparando el ascenso espiritual gradual hacia niveles superiores como el Mundo de la Emanación.

Las silenciosas, en cambio, se recitan en introspección profunda, expresando aspiraciones internas sin voz alta para mantener su intimidad ante el Rey Celestial.

Ambas son efectivas cuando se acompañan de kavaná (intención y meditación), pero la silenciosa alcanza mayor profundidad al evitar distracciones externas y elevar el alma directamente.

La vocal fortalece la conexión inicial mediante el sonido sagrado del hebreo, mientras la mental transforma la mente en un diálogo puro con Di.os, similar a enmendar un recipiente para la unión esencial. No son menos válidas una que otra; su poder radica en la preparación y el "alma" meditativa que las impregna.

La silenciosa busca la reunión íntima del alma con su fuente, como un puente privado al Ein Sof. Juntas forman la escalera espiritual de Iaakov, subiendo y bajando bendiciones espirituales.

A mi me gusta mucho más hacer oración silenciosa, la siento más genuina, más comprometida, pero claro, las oraciones ya construidas cuentan con una particularidad: alguien ya las estructuró normalmente en cierto orden (muy comúnmente el alef bet (El alfabeto), de del Árbol de la Vida o de cierta gematría y/o significados ocultos entre los párrafos, a fin de crear bloques de construcción.

Las oraciones kabbalistas en arameo particularmente, tienen una estructura en que cada letra es una energía y una numerología, y sumadas en cierto orden hacen los escalones necesarios para subir y bajar, como quien sigue una formula que contiene elementos de una receta que alguien ya dejó preparada para seguir siendo utilizada.

¿Tú como haces tu oración?

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Basado en escuela de la fe / yhb / perplexity IA