sábado, 22 de noviembre de 2008

No te lo guardes. Noviembre 22, 2008.

SÁBADO 22 DE NOVIEMBRE DE 2008. Habla claro.


Esto puede no "hablarte" a ti si eres alguien que no tiene problema en mostrarle a los demás quién eres. Pero al resto de nosotros es necesario que nos recuerden hablar de nuestra verdad sin importar lo que la gente diga. Y si lo que tenemos que decir no es adecuado sólo porque otros no lo dicen, no quiere decir que nosotros no debemos hacerlo (si es nuestra verdad).


Cuando alguien se traga sus palabras, no mostrándolas con claridad, no expresándolas, esa energía queda embotellada. La vasija del habla necesita entrenarse para que podamos mantener nuestra energía circulando.



Hoy, escucha lo que dices, incluso cosas mundanas. Obsérvate. Y luego entrénate poco a poco a abrir tu boca y dejar salir a tu corazón.

Yehuda Berg
__________________________________________
__________________________________________
Yo con el paso de la vida he dado un valor especial a desarrollar la claridad porque ya soy testigo presencial de los resultados --cuando la hay y cuando no--, y por tanto, ya soy más temerosa de confundir, que de decir las cosas tal como son.


¿A que me refiero?

A que dentro de mis tendencias naturales de carácter ha estado el tratar de cuidar el corazón de las personas que me rodean, pero desbalanceadamente, es decir sobreprotégiendo.

En múltiples ocasiones, ideas que debieron llegar rápido para que mi interlocutor tuviera claramente los elementos de decisión, yo, al tratar de dulcificarlas, diluirlas, ocultarlas, matizarlas lograba que la persona no entendíera el núcleo de mi mensaje y podía ir "matandolo lento" (metafóricamente) sobre de un tema que hubiera podido terminar de un sólo tajo y que en menos lapso hubiera podido retoñar en algo diferente, pero no, yo en vez de eso, iba cortando en pedacitos causando más dolor y desorientación.

Hoy cuando en una relación de cualquier tipo, las cosas no van bien, cuando el desempeño y/o los resultados no son los esperados, planto un cristal para observar sin máscara la situación, procuro decirlo rápido y específico en la conducta, no hacia su personalidad y creeme que eso me ha resultado más misericordioso que tener a la gente años "reprobada" y bajo la falsa piedad de conservar las cosas inmóviles.

Eso si, hay que entrenar el estilo. Si sabes que no eres tan dulce, ensaya previamente las palabras, no improvises, una cosa es la claridad y otra la crueldad, pero bien administrada, una verdad bien dicha es una gran medicina para ahorrar tiempo, dinero y disgustos. ; )

Entrena.
¡Hoy es Shabat! =D ¡Qué haya Paz en la Creación!


Mucho cariño,

Prana Pascual